Sabemos, cada vez que se produce un accidente laboral se van a generar
costos asociados que impactan a diferentes niveles.
-Al accidentado, causándole dolor y
sufrimiento físico, pérdida de capacidad del trabajo, sufrimiento familiar, disminución
en sus ingresos y gastos adicionales, hasta su posible marginación como discapacitado.
-A la empresa le significa la pérdida de recursos humanos, problemas para
el equipo de trabajo. También primas de seguro, tiempo perdido, interferencia
en la producción, gastos fijos no compensados, afectación de la imagen, etc.
-A la sociedad le cuestan muertes, minusvalías, lesiones, deterioro de la
calidad de vida. Gastos sanitarios, prestaciones económicas de la seguridad
social.
No solo el empleador es el responsable de la prevención. Esto debe incumbir
a todos los actores del sistema. Los organismos de control por ejemplo, son una
punta de ovillo, con sus inspectores y programas de vigilancia.
Si el empresario realiza un relevamiento de información que permita el
cálculo de los costos asociados a un accidente de trabajo, pondrá en relieve el
gasto que podría haberse evitado haciendo una mínima inversión en prevención.
Me refiero al debido asesoramiento especializado, capacitación de los mandos
medios, mejoras estructurales y de organización del proceso productivo, etc.
¿Cuáles son los costos reales
de un accidente de trabajo?
La “teoría de iceberg de los accidentes” (Bird y Fernández) los divide en
dos grandes grupos: los costos visibles o directos y los costos no visibles o
indirectos.
Los costos directos son aquellos que en general se encuentran a cargo de la
ART y de la empresa (atención médica del trabajador, pago de los días caídos, indemnizaciones,
etc).
Los costos indirectos son los que deben ser asumidos por la empresa: daño
edilicio, daño de maquinaria, del producto, de la materia prima. Retraso en la
cadena de producción. Tiempo perdido por otros trabajadores que asisten al
accidentado, los mandos medios que investigan y reorganizan a los trabajadores.
Asesoramiento jurídico, pericias. Más los costos colaterales: entorpecimiento
de la producción, multas por retraso, etc.
A manera de ejemplificación y para demostrar la magnitud de las cifras
basta con estimar que si se gasta $1 en los llamados costos directos de un
accidente de trabajo van a gastarse entre $1 y $50 en los costos indirectos.
La bibliografía especializada da cuenta de que cada un accidente que deja
secuelas incapacitantes en la víctima ocurren aproximadamente 600 incidentes. Que
cada 6 accidentes ocurridos, uno es atribuible a la falla mecánica y los otros
cinco al factor humano. Es aquí, en el recurso humano, donde se encuentra otra
de las puntas del ovillo para abordar la problemática. Donde puede comenzarse
con medidas de educación y formación del obrero. Proveyéndole información de
los riesgos a los que está expuesto, de cómo evitar daños y accidentes.
No importa lo que ya se ha realizado en materia de salud y seguridad
ocupacional en una determinada industria, siempre resta trabajo por hacer,
medidas por tomar. De profundizar las acciones de prevención que abarquen todas
la jerarquías. En la reorganización de una tarea para que resulte menos
riesgosa, en la utilización de maquinaria segura, etc.
Supongamos
El obrero que tomamos por ejemplo es encargado de operar una amoladora. Una
poderosa herramienta con infinidad de usos y múltiples riesgos. Uno de ellos es
la proyección de partículas de distinto tamaño a gran velocidad. Esta
herramienta incorrectamente usada es responsable de numerosos accidentes. Un
órgano típicamente afectado es el globo ocular, cuya lesión más lamentable, su pérdida,
ocasionará mínimamente entre 45 y 75 días de baja laboral pero la valoración de
la incapacidad que ocasiona en el accidentado (enucleación con prótesis, según
Baremo de LRT) nunca será menor al 45%. Imaginemos la cifra de dinero que resulta
de sumar los costos directos e indirectos más la cifra de la indemnización que
es el resultado de multiplicar el porcentaje de incapacidad por el valor del
punto de incapacidad.
Esta situación hipotética nos sirve para darle dimensión estas cuestiones.
Por un lado la gran cifra de dinero que le cuesta al sistema la falta de
concientización de sus actores y por otro lado, lo irracional de la situación
si ponemos en consideración que el par de antiparras que el operario de la
amoladora debía estar usando para evitar esta lesión se consigue a $30.
Comentarios
Publicar un comentario