Rudolf Virchow: de la célula al barrio

La formación que hemos recibido en medicina a lo largo de los años nos lleva a recordar a Rudolf Virchow en relación con sus aportaciones a la histología o a la patología celular. Probablemente en las facultades no se nos haya explicado que a Virchow, además del ganglio y las células, le debemos lo siguiente: “el progreso de la medicina debiera eventualmente prolongar la vida humana, pero la mejoría de las condiciones sociales podría obtener este resultado con mayor éxito y rapidez”
¿Les recuerda algo esa frase? Miren a la cabecera del blog y lean la frase de Michael Marmot escrita hace apenas unos años “if the major determinants of health are social, so must be the remedies”. Virchow revisitado.
En la facultad no nos imaginábamos que Virchow dijera entre mirada a la célula y mirada al barrio: “La medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en una escala más amplia”. ¿Han leído a Navarro y a Benach? Virchow revisitado.
Muchas de las aportaciones actuales desde el terreno de la epidemiología social o de los determinantes sociales de la salud ya estaban apuntadas por Rodolfo en el siglo XIX.
En un artículo publicado en el 2006 por la revista Medicina Social (otra gran desconocida de las revistas de cabecera de nuestras especialidades) se hace una rápida referencia a la vida y obra de Virchow en su aspecto más vinculado a las condiciones sociales de la salud.



“La ciencia y la medicina científica, según Virchow, no deben ser separadas de la realidad socio política. Al contrario, él argumentaba que el científico debe buscar relacionar los descubrimientos de la investigación con el trabajo político sugerido por ella”
“En el análisis de la etiología multifactorial, Virchow sostenía que los factores causales más importantes eran las condiciones materiales de la vida cotidiana de la gente. Esta mirada implicaba que un sistema de salud efectivo no podría limitarse al tratamiento de perturbaciones patofisiológicas de pacientes individuales.
En su clásico trabajo de lo que podría llamase epidemiología patológica, Virchow desarrolla una teoría sobre las epidemias que enfatiza las circunstancias sociales que permiten la diseminación de la enfermedad. Virchow empezó su trabajo sobre epidemias con su innovador estudio de la epidemia de tifus en la Alta Silesia, reproducida en el extracto adjunto. El también aplicó perspectivas similares a una epidemia de cólera en Berlín y a un brote de tuberculosis en Berlín durante los años 1849 y 1849″
Algunos de sus trabajos siguen las mismas intuiciones que algunos de los pioneros de la salud pública moderna y encajan totalmente con los postulados de los “nuevos” paradigmas de los determinantes sociales y las desigualdades en salud.
“Las condiciones sociales más fuertemente resaltadas por Virchow correspondían a la estructura de clase. Por ejemplo, él notó que las tasas de morbilidad y mortalidad, y especialmente las tasas de mortalidad infantil, eran mucho más altas en los distritos obreros de las ciudades que en las áreas de mayores ingresos. Como documentación usó las estadísticas que Engels citaba, así como los datos que obtuvo en las ciudades alemanas. Al describir las inadecuadas condiciones de vivienda, nutrición y vestido Virchow criticaba la apatía de los funcionarios gubernamentales por ignorar que estas eran las causas básicas de la enfermedad. Virchow expresó su indignación mas enfáticamente acerca de las condiciones de clase en las epidemias como el brote de cólera en Berlín”
Desconozco si la vinculación de Virchow al terreno de la medicina social y del activismo político corresponde, como apunta algún texto, a una primera etapa y finalmente se centró más en la célula que en el barrio. Si centrarse en el microscopio, en la docencia, en la investigación y en la publicología fue una salida más sencilla una vez conocido el “qué” y tras sopesar las complicaciones de conseguir los “cómos”. Sea lo que sea, como bien apunta Howard Waitzin en el texto de Medicina Social, actualmente, Virchow sigue siendo imprescindible:
“Las patologías sociales que tanto afligían a Virchow continúan creando sufrimiento y muerte temprana. Las desigualdades de clase, la explotación de los trabajadores y las condiciones de la producción capitalista causan enfermedad tanto como antes. Asimismo, el afán por el beneficio y la falta de responsabilidad social para con la seguridad económica individual inhiben incluso las reformas progresivas. Los lazos entre la estructura social y la enfermedad se tornan cada vez más apremiantes en tanto que la inestabilidad económica, la irregularidad del aporte alimentario, el agotamiento del petróleo, los residuos tóxicos nucleares y químicos acumulados, el recalentamiento global y sus consecuencias amenazan la supervivencia misma de la humanidad. La comprensión de estas raíces de la enfermedad revela también el alcance de la reconstrucción necesaria para obtener soluciones significativas”.

¿Por qué nuestras facultades y nuestra formación han olvidado a este Virchow? ¿El nuevo paradigma de determinantes sociales de la salud va a revisitar sólo los “qués”?¿Vamos a ponernos manos a la obra con los “cómos”?

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